lunes, 18 de marzo de 2013

Basílica de Santa María la Mayor


BASILICA SANTA MARIA LA MAYOR





El 26 de noviembre hicimos una visita a la basílica de Santa María la mayor, una de las cuatro Basílicas papales de Roma y la única que ha conservado la antigua estructura paleocristiana.
Una tradición muy antigua nos cuenta que fue la virgen  quien inspiró la construcción de la iglesia. Apareció en un sueño al patricio Juan y al Papa Liberio, pidiéndoles la construcción de la iglesia en su honor.
El campanario de estilo románico renacentista, que mide 75metros de altura, es el más alto de Roma, y  cuenta con cinco campanas. Una de ellas es conocida con el nombre de "la perdida" y todos los días a las nueve de la tarde llama a los fieles con un sonido inconfundible.
Entrando en el pórtico a mano derecha se halla la estatua de Felipe IV de España, benefactor de la basílica. En el centro se encuentra la gran puerta de bronce realizada por Ludovico Pogliaghi en el año 1949; en ella se distinguen  los episodios de la vida de la Virgen, los profetas, los evangelistas y las cuatro mujeres que en el Antiguo Testamento prefiguraron a la Virgen María. A la izquierda está la Puerta Santa, bendecida por Juan Pablo II, en el año 2001, cuya obra de construcción fue llevada a cabo por el escultor Luis Mattei.


Originariamente la parte de la Basílica que se localiza entre el techo y las columnas estaba perforada por grande ventanas, de las cuales se sigue conservando solamente la mitad; en el resto de ellas se han ido construyendo paredes, en donde se pueden admirar una serie de frescos que representan "Historias de la vida de María".
Pero lo que de verdad hace que Santa María la Mayor sea única son los estupendos  mosaicos del siglo V. Los mosaicos de la nave central resumen cuatro ciclos de la historia Sagrada cuyos personajes son Abrahán, Jacob, Moisés y Josué y en conjunto testimonian la promesa de una tierra que Dios hizo al pueblo judío y su ayuda para llegar a ella. La narración, que no sigue un orden cronológico, comienza en la pared de la izquierda.
El arco triunfal se compone de cuatro partes: en lo alto, de izquierda a derecha, la Anunciación, que representa a María vestida como una princesa romana, que lleva en la mano el huso con el cual teje un velo de púrpura para el templo donde se educaba. La historia continua con la anuncio a José, la adoración de los Reyes Magos, la matanza de los inocentes. En este recuadro hay que destacar la figura con el mantón azul  que da la espalda a las otras mujeres: es Santa Isabel que huye con San Juan entre sus brazos.
Destaca tambien la representación de la muerte de la Virgen, típica de la iconografía bizantina que se difundió también en Occidente después de las Cruzadas: La Virgen está tumbada en la cama y mientras los ángeles se preparan a quitar su cuerpo ante la mirada atónita de los apóstoles, Cristo toma en sus brazos su blanca "alma", que están esperando en el cielo.

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